Prosa didactica. El ensayo
En el siglo XVIII se producen escritos didácticos en diversos, ámbitos cercanos al ensayo. La presencia de estos textos propició la discusión, el debate de ideas y generó frecuentes polémicas. Muchas de estas polémicas se publicaron en los periódicos. El aumento de la prensa escrita aumentó también el número de lectores y promovió en la sociedad de la época la comunicación y la controversia.
La prensa periódica desempeñó un gran papel en la difusión de la literatura en general. Por otra parte, al estar dirigidos los ecritos ensayísticos al gran público, era necesario que se adpotase en ellos un lenguaje claro y comprensible, hecho que contribuyó a la producción de una prosa didáctica, ágil y directa. Constituye este hecho una de las grandes aportaciones del siglo XVIII a la literatura.
Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764)
Escribió durante la primera mitad del siglo XVIII.
Fue monje benedictino y profesor de la Universidad de Oviedo. Hombre ilustrado y de amplia cultura, pretendió conciliar la fe católica con el nuevo espíritu científico. Para ello creyó necesario reformar las creencias religiosas del pueblo iletrado, desterrando errores, prejuicios y supersticiones.
En sus obras, Teatro crítico universal y Cartas eruditas y curiosas, donde recogió sus ideas sobre temas tan diversos como los médicos, el arte adivinatoria, los fantasmas, las lenguas española y francesa, la libertad, la educación, el bien común, etc. Están escritas en tono conversacional porque van dirigidas a un público muy amplio. En estas obras proclama la supremacía del método científico sobre el criterio de autoridad.