Lea esta poema:

Poderoso caballero

es don Dinero.

 

Madre, yo al oro me humillo,

él es mi amante y mi amado,

pues de puro enamorado 

de continuo anda amarillo;

que pues, doblón o sencillo,

hace todo cuanto quiero,

poderoso caballero

es don Dinero. 

 

Nace en las Indias honrado

donde el mundo le acompaña;

viene a morir en España

y es en Génova enterrado;

y pues quien le trae al lado 

es hermoso aunque sea fiero,

poderoso caballero

es don Dinero.

Francisco de Quevedo, 1603 

 

Este poema satírico es un ejemplo de conceptismo. Al contrario del culteranismo, el conceptismo no quiere lograr efectos estéticos, sino transmitir un mensaje. Se trata entonces de privilegiar la eficacia con pocas palabras.

En el poema, una mujer está hablando (no olvidemos que el autor es un hombre) de su amor por el dinero como si fuera un hombre y en particular un hombre de quien está enamorada.

Aquí, la personificación con el dinero que se identifica como un caballero permite la sátira de la sociedad de la época completamente subordinada a las riquezas que procedían de las Indias.

Notemos también la alusión a Génova, una ciudad de Italia, famosa por sus bancos. Efectivamente, todos sabían en aquel entonces que España era incapaz de administrar su dinero en particular desde la expulsión de los Judíos por el antisemitismo que reinaba en el país (y Quevedo era antisemita). Por eso, muchos banqueros genoveses propusieron su ayuda y el rey Felipe II en vez de invertir las riquezas de las Indias en España las gastaba para las guerras. Por eso, empezó a pedir dinero prestado (= emprunter de l’argent) a los banqueros genoveses. Fue el principio de la deuda (= dette) de España.

Entonces, cuando Quevedo escribe

Nace en las Indias honrado

donde el mundo le acompaña;

viene a morir en España

y es en Génova enterrado

En cuatro versos y poquísimas palabras, expresa toda la tragedia de la realidad política de su época.

En el poema, encontramos juegos con las palabras. Por ejemplo, la yuxtaposición de doblón y sencillo muestra que poco importa de qué tipo de dinero se trata (el doblón tiene efectivamente mucho valor, era una moneda de oro, y no el dinero sencillo, de menor valor); la mujer quiere al dinero en su conjunto independientemente de su categoría.

El poema es una letrilla, los versos son octosílabos y notamos la presencia de un estribillo (= un refrain).