Una oración subordinada es una oración que depende de otra oración que se llama oración principal. Existe una dependencia entre las dos oraciones, siendo la principal de mayor jerarquía que la subordinada. Se dice que estas oraciones están compuestas.

La proposición principal siempre contiene el verbo que rige la proposición subordinada. Esta tiene su propio núcleo verbal y siempre desempeña una función sintáctica:

Puede ser:

  • sujeto: me gusta bailar flamenco
  • complemento directo: me dijo que me callara
  • complemento indirecto: dieron un regalo a los que estaban presentes
  • complemento del nombre: tengo la impresión de que no es feliz. Suelen ir introducidas por “de” después de un sustantivo
  • complemento circunstancial: el libro está donde lo has dejado
  • complemento agente: el ladrón fue detenido por los policías que estaban escondidos en el banco

Los nexos para introducir una proposición subordinada pueden ser los siguientes:

  • Conjunciones y locuciones: puesto que, ya que, aunque, porque, a pesar de que, etc.
  • Adverbios relativos: que, quien, el cual, etc.
  • Adjetivos relativos: cuyo. Cuyo expresa posesión: este texto, cuyo autor es muy famoso, es interesante
  • Pronombres interrogativos: quién, dónde, qué, cuándo, etc. Se reconocen por el acento escrito que llevan

Tanto los adverbios relativos como los pronombres interrogativos desempeñan una función sintáctica precisa dentro de la subordinada. 

  • Que: sujeto o complemento directo
  • A quien: complemento directo (de persona) o indirecto
  • Donde: complemento circunstancial de lugar

Funciones pronombres interrogativos:

  • Quién: sujeto
  • Qué: complemento directo
  • A quién: complemento directo (personas)
  • Dónde: complemento circunstancial de lugar

Las subordinadas pueden ser:

  • Flexionadas: se trata de las oraciones compuestas cuyo verbo subordinado está conjugado (forma personal) : creo que tienes razón
  • No flexionadas: se trata de las oraciones compuestas cuyo verbo subordinado es un participio, gerundio o infinitivo (o sea una forma impersonal): siento no haber venido