Durante el Siglo de Oro, tuvo muchísimo éxito un género que se llamaba lo pastoril, tanto en las novelas como en el teatro y la poesía.
Garcilaso de la Vega (1501-1536) fue el poeta bucólico pastoril más famoso del Siglo de Oro. Fue también famoso por ser militar en el ejército de Carlos V. Estaba presente por ejemplo en el sitio de Viena en 1529 contra los Otomanos.
Por ejemplo, Garcilaso escribió églogas que es un subgénero de la poesía que a veces puede ser considerado como teatro.
Se trata de un diálogo entre pastores cuyo tema es el amor, y en particular el amor contrariado. La visión de la vida en el campo es sumamente idealizada. Las aventuras narradas tienen lugar en un territorio imaginario que no sufre de la alteración por la civilización que se llama Arcadia y que llega a ser sinónimo de paraíso.
De manera general, se puede decir que Garcilaso:
- Es clasicista y petrarquista
- No es culteranista, le gusta la lengua sencilla
- Usa todos los recursos literarios típicos de su época: endecasílabos, oxímoros, hipérbato, aliteraciones, etc.
- Se inspira en la literatura de la Antigüedad, en particular las Bucólicas de Virgilio
He aquí un ejemplo de égloga (se trata de un extracto)
El dulce lamentar de dos pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de contar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,
de pacer olvidadas, escuchando.
Tú, que ganaste obrando
un nombre en todo el mundo,
y un grado sin segundo,
agora estés atento, solo y dado
al ínclito gobierno del Estado,
Albano; agora vuelto a la otra parte,
resplandeciente, armado,
representando en tierra el fiero Marte
En este extracto, reconocemos:
- El oxímoro: el “dulce lamentar”
- El hipérbato: la estructura de la frase no sigue lo habitual: por ejemplo entre “cuyas ovejas” y “escuchando”
- La hipérbole (exageración): las ovejas están tan interesadas por el “dulce lamentar” de los amantes que se olvidan de pacer (= paître)
- El endecasílabo
- El tema del amor y en particular del amor desgraciado
- Una estrofa de 14 versos. Se llama una estancia