Que por mayo era, por mayo,

cuando hace la calor,

cuando los trigos encañan

y están los campos en flor,

cuando canta la calandria

y responde el ruiseñor,

cuando los enamorados

van a servir al amor;

sino yo, triste, cuitado,

que vivo en esta prisión;

que ni sé cuándo es de día

ni cuándo las noches son,

sino por una avecilla

que me cantaba al albor.

Matómela un ballestero;

déle Dios mal galardón.

Este poema es también famosísimo. Es un romance lírico, con una temática muy personal e intimista.

Cuenta la historia de un preso que está en la cárcel. Perdió completamente la noción del tiempo y solo un avecilla (= un ave pequeña) le permitía saber qué hora era porque cantaba por la mañana (= el albor). Pero un ballestero (la ballesta es un arma de la Edad Media que permite lanzar flechas) mató el ave.

Se trata de un poema cuya estructura es muy importante. Los ocho primeros versos contrastan completamente con los ocho últimos y funcionan de manera completamente antitética.

Efectivamente, los ocho primeros versos evocan la vida agradable de un mes de mayo. Empieza a hacer calor, los enamorados están enamorados, los pájaros están cantando. Se trata de una descripción de un ambiente de primavera muy bucólico.

Con la palabra “sino”, cambia totalmente la tonalidad del poema: el yo aparece. Se trata de un preso que vive completamente aislado del mundo y que ha perdido la noción del tiempo. Se acumulan las palabras negativas: triste, cuitado. Solo un ave le permite saber si es de día o de noche. Pero alguien mata el ave e imaginamos la desesperación del preso.

Este poema es importante porque expresa el dolor de un hombre que lo perdió todo y cuya vida dependía del canto de un pájaro.

Cabe también destacar la belleza formal del poema:

  • las aliteraciones (repetición de consonantes: cuando canta la calandria, responde el ruiseñor
  • hay una rima completa en OR aunque es un romance. De hecho, como las palabras que terminan con R son agudas, solo se toma en cuenta la última vocal. Aquí, tenemos rima en OR (que rima con dolor) y en ÓN que rima con prisión.
  • Hay una verdadera música que los encabalgamientos permiten poner de realce.