En 1492, Cristóbal Colón llegó a América sin saber que había descubierto un nuevo continente. Murió en 1506 sin saberlo y siempre pensando que había llegado a las “Indias”. Por eso llamó a los indígenas “indios”. Hoy se usa más la palabra “indígena”.
La colonización de estas nuevas tierras permitió a muchos hombres con ganas de aventuras empezar una nueva vida en el “Nuevo Mundo” y para algunos enriquecerse rápido.
Estos hombres se llamaban conquistadores y muchos procedían de Extremadura, una zona de España muy pobre.
Por ejemplo, Francisco Pizarro conquistó la parte correspondiente con el actual Perú y Hernán Cortés la parte correspondiente con el actual México. Las civilizaciones precolombinas (= que vivían en América antes de la llegada de Cristóbal Colón) más importantes eran los Incas (zona andina) y los Aztecas (zona México-Guatemala), pero existían muchísimas más.
Otros conquistadores importantes fueron Vasco Núñez de Balboa (Panamá y costa pacífica), Pedro de Valdivia (Chile), Diego de Almagro (Perú) y Álvar Núñez Cabeza de Vaca (Texas, Florida).
Los españoles explotaron las riquezas de América Latina (oro, plata), pero permitieron también la introducción en Europa de productos como los tomates, las patatas (papas en español de América del Sur), el cacao, el maíz.
Por otra parte, la meta de los españoles era convertir al catolicismo las poblaciones de América. En un primer momento, los españoles explotaron a los Indios como mano de obra, pero algunas voces se elevaron para defenderlos entre las cuales el fray Bartolomé de las Casas.
Efectivamente, en América, se organizó un sistema de encomiendas, es decir que los indios tenían que trabajar para los cristianos con un sistema de “deuda permanente” a cambio de que los encomenderos cristianizaban a los indios. Las encomiendas solían ser grandes propiedades y se inspiraban en las haciendas andaluzas o latifundios.
En 1542, se prohibió el trabajo forzado de los indios.
Pero fue también el principio de otra esclavitud: la de los africanos.