Ahora, vamos a estudiar algunos fragmentos de la obra.
El 11 de septiembre hubo un golpe militar en Chile, y asesinaron al presidente Allende, y murió mucha gente, y los aviones le tiraron bombas al palacio presidencial, y en la casa tenemos una foto grande en colores donde está el palacio lleno de llamas.
Aquí, vemos claramente la manera cómo se mezclan lo histórico y lo personal. Pasamos de consideraciones generales a detalles de la vida personal del narrador, Lucho. La repetición de “y” es muy importante.
Al comienzo no nos acostumbrábamos para nada. Mi papá y mi mami no tenían trabajo, mi hermano chico se enfermó con mucha fiebre por el cambio de clima y vivíamos en una pieza los cuatro en el departamento de un amigo alemán que había estado en Chile.
Este fragmento insiste en las dificultades vividas por la familia, en particular sus dificultades de adaptación. No consiguen, por lo menos al principio, acostumbrarse a su nueva vida. Los padres de Lucho no tienen trabajo, les resulta difícil acostumbrarse al clima y viven en un piso muy pequeño.
Yo fui el primero en aprender alemán de mi familia, y cada vez que sonaba el teléfono, mi papá me iba a buscar para que yo atendiera.
Aquí, el narrador evoca las dificultades con el idioma. Lucho es, al principio, el único que habla alemán.
Mira, Chileno -dijo, mordiendo las palabras-. Mi hermano no te delató de hombre que es. ¿Sabes lo que te hubiera pasado si dice quién fue? ¡Te echan del país, imbécil! ¡A ti y a tus padres, tarado! ¿Y a dónde se van a meter? ¡Si ustedes son como gitanos! […] Tragué un litro de saliva. Por primera vez sentí la sensación de que no tenía nada en el mundo de dónde agarrarme.
Este es un ejemplo donde aparece el racismo hacia Lucho y su familia, quienes atraviesan una situación muy precaria. En este pasaje, vemos como Lucho tiene miedo y se siente muy solo e indefenso.
Pero hubo un tiempo en que yo fui el niño más triste de Berlín. Me da vergüenza contar esto que viene. No me gusta decir de mí mismo que era un “niño”, porque mi papi nos dijo que desde ahora en adelante se había acabado la niñez para nosotros. Que las cosas iban a ser muy duras, y que teníamos que portarnos desde ya como hombres. Que no anduviéramos pidiendo cosas porque no nos alcanzaba para comer. Que los alemanes tenían una solidaridad más grande que un buque, pero que nosotros debíamos rascarnos con nuestras propias uñas.
Otra vez, el narrador alude a las dificultades de integración. Además, se añade un detalle interesante: el padre anuncia a su hijo que tiene que portarse como un hombre. Aquí, se trata de la confirmación de que estamos en una obra de iniciación, de crecimiento y de aprendizaje. El narrador va a vivir sus propias aventuras como un rito de autoafirmación.
Total, estaba perdido por goleada. No tenía mi país, la Sophie no quería verme nunca más, un tipo me andaba buscando para arreglarme, y había mandado a un alemán al hospital. Por mucho menos hay gente que se pega un tiro.
Este es un buen resumen de todas las aventuras que vive Lucho en Alemania. Todo le sale mal. Única excepción: ¡el final es positivo! Pero no lo revelaremos aquí…